PERLA FUERTES
La Verdad , 28 de diciembre de 2004
Lo primero que conviene destacar de esta exposición de Perla Fuertes, es el cambio producido en su concepto pictórico y , si acaso, también en los aspectos formales que caracterizabansu obra anterior. Estos cambios, conviene dejarlo claro, no son consecuencia del azar o de un intento de ruptura, sino la consecuenccia lógica de un sentimiento intimista de la pintura que fluye -se manifiesta- como necesidad expresiva y de comunicación.
Y esta necesidad, convertida en obra, encuentra en el cuerpo humano desnudo -fundamentalmente fenemino- el vehículo adecuado para ello, al despojarlo de cualquier vestigio o insinuación que oculte su auténtica dimensión de soporte tangible de la espiritualidad, de la esencia que no puede ser retenida en los límites físicos y se manifiesta a la menor oportunidad.
Para ello, utiliza un lenguaje claro y diáfano en la reprensentación del cuerpo adscrito al más puro realismo -incluso con minuciosidad descriptiva en algunos detalles- para evitar cualquier divagación sobre los contenidos. No es una mímesis, como se argumenta con claridad en el texto introductorio al catálogo, es la propuesta de la superación del espejismo físico para llegar a la auténtica realidad.